Cerebro-corazón-intestinos y su relación con nuestras emociones.
Aprende a gestionarlas.

“Nuestra única forma de pensar y de sentir no es con la cabeza”

 

Esto es una realidad que la ciencia constata. Es importante conocer como funciona cada uno de nuestros cerebros, porque son los encargados de recibir nuestras emociones. ¡De modo que no te centres solo en tu mente!

 

El corazón y las emociones

 

Atiende también tu corazón y tu sistema digestivo, obsérvalos y podrás desatar nudos emocionales que pensabas no poder gestionar nunca.

Tenemos neuronas en el cerebro, el sistema digestivo y el corazón.  Aunque muchos no lo crean, el corazón también siente, piensa y decide. Posee casi 40.000 neuronas y toda una red de neurotransmisores con unas funciones muy concretas que hacen de él, una extensión perfecta de nuestro cerebro.

“Sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón. El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza.”

Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia

Siente antes de pensar 😉

Pasar de estar en el análisis a guiarse por la intuición (que es el sentir del corazón), nos permite vivir con más coherencia y bienestar. Nos aleja de los conflictos mentales que tanto desgastan y que muchas veces solo nos llevan a perdernos en conjeturas falsas.

 

Sistema digestivo y estrés

 

El sistema digestivo es quizás el segundo gran cerebro que poseemos, puede parecer mentira, pero es capaz de tomar sus propias decisiones, según constatan especialistas en la materia.

Lo cierto es que hay una relación directa entre nuestro estado emocional y las células de nuestro sistema digestivo. Megan Rossi, especialista australiana en salud intestinal, indica claramente la necesidad de prestar más atención a las necesidades de nuestra barriga.

«A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer»

Dra. Megan Rossi.

Lo que es seguro es que el intestino está ligado al estrés y al estado de ánimo.

Según la doctora Rossi, si tienes algún problema de intestinos: «algo clave que necesitas hacer es observar cuánto estrés tienes».

La serotonina es un neurotransmisor que influye en nuestro estado de ánimo, serenidad y por lo tanto estados de felicidad. Además de influir en muchas partes de nuestro cuerpo. Esta sustancia se ve gravemente reducida por el estrés.

 

¿Qué podemos hacer?

 

Lo más importante es reducir el estrés y la mejor manera es a través de técnicas de relajación y meditación. No es necesario dedicarle mucho tiempo, con tal solo 15 o 20 minutos los resultados no se hacen esperar.

Si nunca has meditado, puedes pensar que es complicado o que se requiere de mucha práctica. Pero la realidad es que es mucho más sencillo de lo que parece y que está al alcance de todos. Te recomiendo el libro 5 minutos cada mañana, del Dr. David O’Hare, de manera sencilla explica como todos podemos meditar.

Otro ejercicio maravilloso es la práctica de pensamientos y emociones positivas, buscar siempre en nuestra base de datos las emociones de alegría, de paz, de escucha de comprensión. Atraer a nosotros estas emociones provoca un cambio total en nuestro estado de ánimo. Además, genera una energía en nuestro entorno que atrae estados de plenitud y felicidad.

Una de las herramientas más poderosas es el sentimiento de gratitud, podemos empezar a dar las gracias por cada cosa que vivamos, aunque al principio sea de manera un poco mecánica, no importa, al final será algo que nazca del corazón. La gratitud es el intercambio de la vida, es la fuerza más poderosa para cambiar un estado negativo por uno positivo. Cuando pronunciamos la palabra gracias siempre asoma una sonrisa. Es el mejor gesto para atraer a nosotros la alegría y el amor.

“El amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente”

Anne Marquier

 

Conclusión

 

Somos completamente responsables de nuestro estado emocional, aprender a mantener nuestro equilibrio interno conociendo su funcionamiento nos lleva a un estado de libertad absoluto. Cuando dejamos de estar arrastrados por nuestras emociones, empezamos a vivir en plenitud y nuestra vida cambia. Porque somos un imán que atrae. ¿Qué queremos atraer? Pues lo que queramos que se acerque es lo que debemos tener vibrando en nuestro interior.

La comprensión de esta relación tan estrecha e inseparable entre la gestión de nuestras emociones y nuestro estado físico e incluso nuestras circunstancias, es algo urgente. Es el motor que cambia el mundo. Queremos cambiar desde fuera pero el cambio empieza dentro.

 

 

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