Cerebro-corazón-intestinos y su relación con nuestras emociones.

Los tres cerebros que dirigen nuestra vida.

“Nuestra única forma de pensar y de sentir no es con la cabeza”

 

Este enfoque es muy poderoso, y se basa en la idea de que no solo el cerebro en la cabeza piensa y siente, sino que también el corazón y el intestino tienen una forma de «inteligencia» propia. Este modelo se llama a menudo el de los tres cerebros en el cuerpo: mente – corazón – intestinos.

Este concepto tiene respaldo tanto en tradiciones espirituales antiguas como en investigaciones modernas de la neurociencia, especialmente en campos como la neurocardiología y la neurogastroenterología.

Es importante conocer como funciona cada uno de nuestros cerebros, porque son los encargados de recibir nuestras emociones. ¡De modo que no te centres solo en tu mente!

 

Cerebro de la cabeza (mente racional)

 

  • Funciones: Pensamiento lógico, análisis, lenguaje, planificación, toma de decisiones conscientes.

  • Tipo de inteligencia: Razonamiento, resolución de problemas, imaginación.

  • Energía dominante: Mental, aire (en muchas tradiciones).

  • Riesgo si se domina solo desde aquí: Desconexión emocional, exceso de control, ansiedad.

Cuando se centra solo en la mente, hay desconexión emocional, por eso es tan importante atender también tu corazón y tu sistema digestivo, obsérvalos y podrás desatar nudos emocionales que pensabas no poder gestionar nunca.

 

Cerebro del corazón (mente emocional)

 

  • Funciones: Empatía, amor, intuición emocional, compasión, sentido de conexión.

  • Datos científicos: El corazón tiene más de 40.000 neuronas y puede enviar más señales al cerebro de las que recibe. Tiene su propio “sistema nervioso”.

  • Tipo de inteligencia: Afectiva, intuitiva, relacional.

  • Energía dominante: Emoción, agua.

  • Riesgo si se bloquea: Frialdad, aislamiento, sufrimiento emocional.

 

Tenemos neuronas en el cerebro, el sistema digestivo y el corazón.  Aunque muchos no lo crean, el corazón también siente, piensa y decide. Posee casi 40.000 neuronas y toda una red de neurotransmisores con unas funciones muy concretas que hacen de él, una extensión perfecta de nuestro cerebro.

 

Sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón. El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza.

Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia

Siente antes de pensar 😉

 

Pasar de estar en el análisis a guiarse por la intuición (que es el sentir del corazón), nos permite vivir con más coherencia y bienestar. Nos aleja de los conflictos mentales que tanto desgastan y que muchas veces solo nos llevan a perdernos en conjeturas falsas.

 

Cerebro intestinal (mente instintiva o visceral)

 

  • Funciones: Intuición profunda, coraje, instinto, toma de decisiones rápidas, “sentir en las tripas”.

  • Datos científicos: El intestino tiene más de 100 millones de neuronas (a veces llamado el «segundo cerebro»).

  • Tipo de inteligencia: Instintiva, de supervivencia, acción.

  • Energía dominante: Tierra/fuego, acción.

  • Riesgo si no se escucha: Falta de límites, indecisión, bloqueos en la acción.

 

El sistema digestivo es quizás el segundo gran cerebro que poseemos, puede parecer mentira, pero es capaz de tomar sus propias decisiones, según constatan especialistas en la materia.

Lo cierto es que hay una relación directa entre nuestro estado emocional y las células de nuestro sistema digestivo. Megan Rossi, especialista australiana en salud intestinal, indica claramente la necesidad de prestar más atención a las necesidades de nuestra barriga.

 

A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer.

Dra. Megan Rossi.

Lo que es seguro es que el intestino está ligado al estrés y al estado de ánimo.

Según la doctora Rossi, si tienes algún problema de intestinos: «algo clave que necesitas hacer es observar cuánto estrés tienes».

La serotonina es un neurotransmisor que influye en nuestro estado de ánimo, serenidad y por lo tanto estados de felicidad. Además de influir en muchas partes de nuestro cuerpo. Esta sustancia se ve gravemente reducida por el estrés.

 

¿Cómo interactúan?

 

  • Cuando los tres «cerebros» están alineados, las decisiones son coherentes: lo que pienso, lo que siento y lo que hago están en armonía.

  • Muchas veces hay conflictos internos porque uno de estos centros domina o está desconectado de los demás.

    Por ejemplo: piensas que deberías hacer algo, pero sientes miedo y tu cuerpo se paraliza.

 

¿Qué podemos hacer?

 

Lo más importante es reducir el estrés y la mejor manera es a través de técnicas de relajación y meditación. No es necesario dedicarle mucho tiempo, con tal solo 15 o 20 minutos los resultados no se hacen esperar.

Si nunca has meditado, puedes pensar que es complicado o que se requiere de mucha práctica. Pero la realidad es que es mucho más sencillo de lo que parece y que está al alcance de todos. Te recomiendo el libro 5 minutos cada mañana, del Dr. David O’Hare, de manera sencilla explica como todos podemos meditar.

Otro ejercicio maravilloso es la práctica de pensamientos y emociones positivas, buscar siempre en nuestra base de datos las emociones de alegría, de paz, de escucha de comprensión. Atraer a nosotros estas emociones provoca un cambio total en nuestro estado de ánimo. Además, genera una energía en nuestro entorno que atrae estados de plenitud y felicidad.

Una de las herramientas más poderosas es el sentimiento de gratitud, podemos empezar a dar las gracias por cada cosa que vivamos, aunque al principio sea de manera un poco mecánica, no importa, al final será algo que nazca del corazón. La gratitud es el intercambio de la vida, es la fuerza más poderosa para cambiar un estado negativo por uno positivo. Cuando pronunciamos la palabra gracias siempre asoma una sonrisa. Es el mejor gesto para atraer a nosotros la alegría y el amor.

 

El amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

Anne Marquier

Conclusión

Somos completamente responsables de nuestro estado emocional, aprender a mantener nuestro equilibrio interno conociendo su funcionamiento nos lleva a un estado de libertad absoluto. Cuando dejamos de estar arrastrados por nuestras emociones, empezamos a vivir en plenitud y nuestra vida cambia. Porque somos un imán que atrae. ¿Qué queremos atraer? Pues lo que queramos que se acerque es lo que debemos tener vibrando en nuestro interior.

La comprensión de esta relación tan estrecha e inseparable entre la gestión de nuestras emociones y nuestro estado físico e incluso nuestras circunstancias, es algo urgente. Es el motor que cambia el mundo. Queremos cambiar desde fuera pero el cambio empieza dentro.

 

Piensa con la cabeza, siente con el corazón, actúa con las tripas.

Esta frase resume una sabiduría ancestral que hoy la ciencia empieza a confirmar: somos seres multidimensionales, y no basta con pensar. Necesitamos sentir y actuar desde nuestra totalidad.

 

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